El labrador retriever es un amante del agua, nada que ver con otras razas que parecen tenerle fobia al agua. El labrador retriever ve un cubo con agua y ya se emociona; así que el momento del baño es un momento muy positivo para él. Habitualmente los dueños de los labrador retriever u otras razas caninas tienden a pensar que lavar al perro muchas veces no es algo perjudicial; pero se equivocan. Lo ideal es bañar al labrador una vez al mes como máximo, la única excepción a esta regla es una indicación de tu clínica veterinaria o que el perro se haya metido en un lodazal. El cepillado es la forma ideal de mantener a un perro limpio, de esta forma el pelo muerto desaparece, además cualquier resto de suciedad, hierbas, etc desaparece. 

La piel de los perros.

Hay que tener en cuenta que la piel de los perros es muy sensible, el pelaje es una protección de esta piel, y sobre todo hay que incidir en la importancia de mantener el equilibrio del ph de la piel que se puede ver alterado con los lavados frecuentes. El ph de la piel del labrador retriever tiene un valor de 7, es decir más bien ácido lo que le permite mantener a los parásitos alejados. Es muy importante que utilices un champú específico para perros, salvo alguna emergencia en la que el perro llegue lleno de barro a casa y no dispongas del producto recomendado para perros.

Los pasos del baño.

Los pasos para el baño incluyen la limpieza específica de las orejas antes de lavar al perro, ya que es una zona muy sensible y debe evitarse que entre agua. Antes del baño un buen cepillado para eliminar pelo, hierbas, etc. Se debe mojar el cuerpo del perro a conciencia, ya que el pelo no permite que el agua llegue hasta la piel propiamente dicha, la función impermeable del pelo dificulta esta labor, ten en cuenta que el Labrador proviene de Terranova (Canadá) y ese pelo funciona como un aislante frente al clima frío.

Tan importante como lavarlo a conciencia es el aclarado, no dejes ningún resto de jabón. Una vez hayas finalizado con el cuerpo, es el momento de lavar la cara con sumo cuidado ya que es una zona más sensible. El agua tanto para el lavado como para el aclarado debe estar templada. Una vez eliminado el jabón un secado energético con una o más toallas será suficiente. Salvo que el perro vaya a salir inmediatamente a la calle y haga frío no es recomendable el uso de secador. Para finalizar un buen cepillado y que el perro se sacuda el excedente de agua. Intenta hacer del lavado una actividad gratificante tanto para el perro como para el humano, seguro que ambos acabáis disfrutando ese momento. Vía Soy un Labrador.

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